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sábado, 13 de agosto de 2016

La igualdad

   Hoy lo que me mueve a escribir es quizas la incomprención de unas palabras expresadas en una página de Facebook que defiende la maternidad y el derecho a la conciliación.

   Llevo mucho tiempo peguntandome que significa la igualdad y si se puede llegar a una igualdad real entre hombres y mujeres, sobre el feminismo y otros movimientos similares, que defienden los derechos de las mujeres y de las otras identidades diferentes al hombre heterosexual.

   Asistimos a un tiempo de cambio. La hoy generación de hombre y mujeres no tienen claro que papel tenemos en la evolución de la historia. Los mitos se caen, ideas inamovibles empezan a ser cuestionados lo que genera naturalmente conflictos, porque los integrantes de la pareja, la familia y la sociedad en general todavia alberga ideas y conductas que difieren de lo que debieria ser. Una cosa es el ser y otro el deber ser, tal y como me enseñaron mis profesores de Introducción al derecho.

   Vivimos en una sociedad que tiene arraigadas ideas y costumbre que pueden consederarse que atentan contra la dignidad de la mujer.

    La mujer como ser humano, por el hecho de haber nacido tiene los mismos derechos por el solo hecho de ser persona, no por su genero sino por ser persona.


    Vivimos en un tiempo en el que todo anda revuelto. Cada semana aparece noticias relacionadas con algún hecho que atenta contra la inegridad fisica o psiquica de las mujeres: violaciones, redes de prostitución, homocidios perpetrados por esposos, ex-novios, ex-maridos.

   Por otro lado tenemos criricas:

 a la mujer que se lleva a su hijo al trabajo, como por ejemplo la señora Bescansa, menciones a las atletas de si es la esposa de tal deportista o si dejo o no dejo de entrenar durante el embarazo, despidos de mujeres embarazadas, mujeres que sufrieron un aborto y cuyo jefe/a la despidió a pesar de su delicada situación, hasta he llegado a escucha que una empresa ofrecio dinero a una gestante para que abortará.

    El hecho es que ser mujer es tener una losa sobre tus hombros para conseguir tus objetivos en la vida. Todo cuesta el doble. Nos enfrentamos a comentarios sexistas desde que nacemos como: tu no juegas porque eres niña, pues deja tu trabajo, cuando eres madre, desprecios varios y hasta en algunas ocasiones cuando nos topamos, por la mala suerte de elegir mal a nuestra pareja, con la violencia de género.


    Lo que vengo a decir es que la desigualdad es el germen de todos los males y que la violencia de genero es la consecuencia de una visión desfiguarada de lo que es ser mujer y la negación de los más básicos derechos humanos.

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