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martes, 24 de abril de 2012

El cuarto poder

    
     Hace años cuando estudiaba en la facultad de derecho, nuestro profesor de derecho constitucional nos mencionó la existencia del cuarto poder. Aquello me sonaba a lejano y no comprendía cual era el verdadero alcance del fenómeno. Durante años seguí aferrada a la idea de que en el mundo, en cada Estado solo podían existir tres poderes, los clásicos: Legislativo, ejecutivo y judicial.

     Cuando llegue a España abrí  los ojos y empecé a ver como funcionaba el cuarto poder, invisible pero presente en nuestras vidas. En Europa hay una gran presencia de un sub-producto llamado prensa rosa o del corazón y prensa amarillista, ya sea escrita o televisada . La prensa del corazón normalmente suele ser escrita por pseudo- periodistas, por personas que no han estudiado ni periodismo o cualquier otra carrera como comunicación social, es decir nada que tenga que ver con ser un profesional de la información o que no han acabado sus estudios en la facultad correspondiente para poder llamarse periodistas. Hay otros que aún siendo periodistas han decidido que se convertirían en comentaristas de la prensa rosa.

     Tenemos ejemplos que ponen en evidencia la falta de control sobre la aplicación de la deontología y la ética de la profesión. Los llamados periodistas del corazón han ocasionado daños de todo tipo:

 - Remover el dolor por la desaparición de un ser querido como en el caso de Albano por la desaparición de su hija Ilenia.

-Arruinar la reputación de personas inocentes, difundiendo toda clase de informaciones, imágenes y horas de tertulias haciendo un juicio paralelo. Es el caso de Dolores Vázquez que no se llevaba bien con su hijastra pero que nunca tuvo intención de matarla porque la quería como si fuese su propia hija. Esta señora que es inocente se ha quedado con una etiqueta que difícilmente se podrá quitar, siempre habrá alguien que  la llamara asesina por la calle crea que es culpable..

- Pinchar teléfonos para obtener información mientras se estaba averiguando sobre un crimen, como lo hicieron los periodistas del  diario "Times of the World". Estos señores llegaron a pinchar un móvil de una niña asesinada para tener acceso a los mensajes del contestador para posteriormente borrarlos. Los familiares de la victima mantenían la fe de que su hija no estaba muerta porque el buzón de mensajes nunca se lleno. Esto es muy grave porque ha entorpecido la investigación penal por haber manipulado el teléfono sin ser la autoridad judicial. Esto le ha valido la cárcel a más de uno. Hasta los teléfonos de la Casa Real  británica han sido pinchados como sucedió con las conversaciones de Camila Parker y el príncipe Carlos.

     Todo por vender más ejemplares. Este afán no justifica el daño a la intimidad, reputación y el ensañamiento contra quienes son vulnerables, los que están rotos por el dolor.