Hace pocos días por una de las calles de la Ciudad de la Justicia me encontre por casualidad al defensor de el Sr. Urdangarin. Le sonrei, él me miro, como pensando ¿de que la conosco? y seguimos nuestros caminos.
Siento una gran admiración por como desempeña su trabajo. Independientemente de si su defendido sea inocente o culpable de lo que se investiga en los Juzgados de Palma de Mallorca. Me quito el sombrero ante este profesional del derecho. Solo ver su comportamiento ante los medios, como contesta las preguntas que le hacen los periodistas, el nivel de compromiso por no declarar nada que pueda entorpecer la labor del juez ni perjudicar a su cliente, me hace pensar que es un buen abogado.
Cumple escrupulosamente con la deontología jurídica, trabaja mucho para que se haga cumplir el derecho constitucional a la defensa y por la presunción de inocencia. No le conosco personalmente pero viendolo en la tele me hace pensar en lo valiente que es defendiendo un caso tan díficil como este, no debe ser fácil ser el abogado de un personaje público ni debe ser facil trabajar una causa tan voluminosa y compleja como esa. Después de esto seguro que seguira siendo un abogado tan discreto como lo ha sido hasta ahora.
